En este verano de 2012 he pasado una de las mejores periodos del año. Qué casualidad que ha coincidido con la celebración de los Juegos Olímpicos, y qué casualidad que ese estado de bienestar me sucede cada cuatro años, aproximadamente en la misma época del año.
Soy un fanático del deporte y estar tres semanas viendo los JJOO, es para mí uno de los pocos momentos en los que disfruto de la tele. Pero qué bajón el lunes siguiente a la ceremonia de clausura, porque citanto a uno de los comentaristas de Rtve al final de ésta, qué pena que hasta dentro de cuatro años nos invada el futbol a todas horas. Y así es, ya no nos quedan JJOO y solo se habla de futbol en los medios de comunicación, ya no tenemos medallistas olímpicos sino balones de futbol para todos, ya no tenemos variedad deportiva en cualquier retransmisión sino todo lo contrario.
¿Y qué tiene que ver todo esto con la educación? A mi juicio, ya no como aficionado al deporte sino como profesional del deporte en la etapa escolar, es muy dificil que los niños piensen en otra cosa que no sea el futbol que es lo que la sociedad les da. Todos los padres sueñan con un hijo futbolista (de las hijas no dicen nada pero de eso, ya hablaré) y no existen más deportes para la familia hasta que el niño se ha hecho mayor y ya no hay nada que hacer, el niño no ha llegado a ninguna parte como la gran mayoría.
No obstante ahí está la labor docente, tratar de abrir un camino diferente y abrir el conocimiento a la diversidad deportiva, hay vida más allá del futbol. En ese sentido se ha de enfocar la Educación Física, en un desarrollo personal a la diversidad del deporte y hábito deportivo, en general.