Durante la celebración del título de liga conseguido por el Celtic de Glasgow, el entrenador Neil Lennon se acercó a la tribuna para regalarle su medalla de campeón a un pequeño con discapacidad. Segundos después, el jugador Georgios Samaras coge en brazos al niño y lo lleva con el resto de sus compañeros para unirlo a la vuelta de honor que la plantilla estaba dando en el césped.
Qué difícil es ver este tipo de acciones hoy en día en el mundo del deporte, sobre todo en el fúbol. No digo que no las hayan, sino que los medios de comunicación prefieren transmitir otros valores menos sentimentales. Un gesto tan simple y a la vez tan emotivo, que sin lugar a dudas quedará en el recuerdo de ese niño para siempre.